9 de febrero de 2014

¿Y AHORA, POR QUÉ COMO? HAMBRE y SUEÑO.



Los motivos por los cuales comemos son múltiples. Y no siempre está detrás la "necesidad de nutrientes", entendida como supervivencia.

Expertos en la materia coinciden en que "...estrés, emociones, sueño, olfato, vista y convenciones sociales, son algunos de los estímulos más potentes del apetito".


Cuando llevamos varias horas sin comer, aumenta la secreción GHRELINA en el estómago, y disminuye la producción de LEPTINA (hormona con efecto saciente), en el tejido adiposo.

Esta situación se equilibra comiendo.


Se ha comprobado que cuando se DUERME POCO, sucede lo mismo.
Y podemos acabar COMIENDO cuando en realidad lo que nos sucede es que deberíamos DORMIR más.

También sabemos que las personas que no duermen desarrollan con más frecuencia RESISTENCIA a la INSULINA.









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