23 de octubre de 2016

DRA, ME HE DUPLICADO




Con 26 años María pesaba 82 kilos y se encontraba gorda. Gordísima según sus palabras.
Para valorar este sobrepeso utilicé la fórmula del INDICE de MASA CORPORAL (IMC):  peso en kg/ altura en m.

Aplicado a María quedaba de la siguiente manera:


                                                      IMC= 82 Kg/ 1.72 m


Es decir, un IMC de 27,71. 
Interpretación del resultado: SOBREPESO MODERADO-ALTO.
El peso adecuado para ella era 67-68 kg.

Pero la Historia Clínica de María reveló más datos: 

-La mayor parte de alimentos que le convenían no le gustaban. O sencillamente no los había comido nunca.Y se negaba a comerlos.
-No desayunaba. Con 2-3 cafés podía pasar la mañana.
-No realizaba ningún  tipo de actividad física.
-Tenía antecedentes familiares de OBESIDAD MÓRBIDA: su madre era obesa.

Con muchas limitaciones elaboramos mano a mano una DIETA PERSONALIZADA.
La recomendación de actividad física quedó en “ya me lo pensaré”.
Para acabar esa primera visita, una sentencia : “si no CAMBIAS HÁBITOS, acabarás igual que tu madre”. Ella contestó: “eso nunca”. 

A favor de María tengo que decir que acudió a todos los controles posteriores. Estaba muy MENTALIZADA, según ella. Cumplió la dieta pactada…aunque no probó alimentos nuevos con argumentos como: “ese color no me gusta”, “huele muy mal” o simplemente: “qué asco, antes vomito”.
En cuanto al ejercicio, como perdía peso cada semana, concluyó ella sola que: “no hace falta que me esfuerce más”

Ocho meses más tarde pesaba 64 Kikos. ¡había superado la meta pactada!…y sin hacer ejercicio ni probar el pescado que tan mal olía. “¿Ves como no hace falta comer pescado?”.

María estaba encantada con los resultados y con el cambio de ropero. Tiró todos los pantalones de gomas y jerséis anchos. Ahora podía llevar pantalones tejanos bien ajustados y camisas, marcando formas. Por primera vez en su vida se sentía a gusto con su cuerpo.


Durante todo el tiempo que duró el tratamiento le recordé que al acabar la dieta tenía que hacer MANTENIMIENTO. Que si se descuidaba volvería a ganar todo el peso perdido y más. Que no olvidara sus antecedentes familiares de OBESIDAD.
Ella contestaba:”que sí, que vendré al mantenimiento. ¡Qué cansina que eres…!”. Y se reía. 


María NO HIZO MANTENIMIENTO.

Ahora tiene 40 años. Pesa 120 kgs.

En clave de humor me dice: “Dra, me he duplicado”. Y se ríe.
Desde hace 2 semanas hace dieta y camina 30 minutos algunos días (¡por algo se empieza!). Está muy mentalizada. 
“Eres idéntica a tu madre” le digo. Y, sin dejar de reír, contesta “pero yo soy más alta”.






                                                                     

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